El tímpano está sujeto por unos músculos que tienen la capacidad de contraerse de manera refleja ante sonidos intensos, en el llamado reflejo timpánico. Esto tensa la membrana timpánica, disminuyendo su capacidad de transmitir las vibraciones al estribo.
La función es proteger al oído interno de ondas sonoras muy fuertes.
Este reflejo no es instantáneo y los músculos se fatigan rápidamente, por lo que este mecanismo no es eficiente para proteger al oído de sonidos impulsivos, ni sonidos prolongados.