Ideas sobre un temperamento igual existían desde la antigüedad, y en el siglo XVI se desarrollaron las herramientas matemáticas (radicación, logaritmo) para definirlo con precisión.
Hasta el siglo XIX, coexistió con otros temperamentos. Fue más rápidamente adoptado en los instrumentos de cuerdas con trastes, pero demoró en ser aceptado en los instrumentos de teclado, debido principalmente a sus terceras, desafinadas respecto a las terceras naturales.
Recién entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, el temperamento igual pasó a ser adoptado como sistema de afinación preponderante en toda Europa.