Algunos buenos temperamentos se aproximan más al temperamento mesotónico, y priorizan relaciones más consonantes en las tonalidades más habituales. Las tonalidades con más alteraciones presentan intervalos más disonantes.
Otros se aproximan más al temperamento igual, y distribuyen la disonancia de manera más homogénea. Sacrificando la consonancia de las tonalidades centrales, se reduce la disonancia en las tonalidades más alejadas.